escalera: Escribir. Warum?

lunes, junio 07, 2004

Escribir. Warum?

La escalera pide que pisemos su primer peldaño. Vamos a lo básico. ¿Por qué escriben los humanos? Recall George Orwell:
"1. El egoísmo agudo. Deseo de parecer listo, de que hablen de uno, de ser recordado después de la muerte, resarcirse de los mayores que le despreciaron a uno en la infancia, etc., etc. Es una falsedad pretender que no es éste un motivo de gran importancia. Los escritores comparten esta característica con los científicos, artistas, políticos, abogados, militares, negociantes de gran éxito, o sea con la capa superior de la humanidad. La gran masa de los seres humanos no es intensamente egoísta. Después de los treinta años de edad abandonan la ambición individual muchos casi pierden incluso la impresión de ser individuos y viven principalmente para otros, o sencillamente los ahoga el trabajo. Pero también está la minoría de los bien dotados, los voluntariosos decididos a vivir su propia vida hasta el final, y los escritores pertenecen a esta clase. Habría que decir los escritores serios, que suelen ser más vanos y egoístas que los periodistas, aunque menos interesados por el dinero.
2. Entusiasmo estético. Percepción de la belleza en el mundo externo o, por otra parte, en las palabras y su acertada combinación. Placer en el impacto de un sonido sobre otro, en la firmeza de la buena prosa o el ritmo de un buen relato. Deseo de compartir una experiencia que uno cree valiosa y que no debería perderse. El motivo estético es muy débil en muchísimos escritores, pero incluso un panfletario o el autor de libros de texto tendrá palabras y frases mimadas que le atraerán por razones no utilitarias; o pue- de darle especial importancia a la tipografía, la anchura de los márgenes, etc. Ningún libro que esté por encima del nivel de una guía de ferrocarriles estará completamente libre de consideraciones estéticas.
3. Impulso histórico. Deseo de ver las cosas como son para hallar los hechos verdaderos y almacenarlos para la posteridad.
4. Propósito político, y empleo la palabra «político» en el sentido más amplio posible. Deseo de empujar al mundo en cierta dirección, de alterar la idea que tienen los demás sobre la clase de sociedad que deberían esforzarse en conseguir. Insisto en que ningún libro está libre de matiz político. La opinión de que el arte no debe tener nada que ver con la política ya es en sí misma una actitud política."

2 comentarios:

Judith dijo...

Sin discutirle la jerarquía de motivaciones a Orwell, no acabo de entender por qué le llama “egoísmo agudo” a lo que describe, llana y explícitamente, como vanidad y deseo de reconocimiento. ¿Tiene esta ansia de fijar la imagen propia en la mente ajena algo que ver con el ansia de aclaparar? Quizás sí si entendemos que la excepcionalidad de un individuo provoca inmeditamente la falta de singularidad del resto, pero ése es un planteamiento falaz. El reconocimiento de mis grandezas no hace sombra a las grandezas de mi prójimo, y las vanidades individuales no abrirán más distancias entre nosotros que las miserias compartidas. Pero volviendo a las razones: repetía asiduamente un viejo profesor de lengua que el hombre escribe para decirse. Decir-se: manifestar el ser y, a la vez, ser la manifestación, señalar lo existente e inventarlo de nuevo al transformar en palabras lo que era esencia. Y cuántas traiciones por el camino, cuántas metamorfosis del contenido arrastrado por la forma y, ay, qué belleza dolorosa al encontrar la huella exacta.

MORGAR dijo...

La existencia de lo que llama Orwell "egoísmo agudo" es algo difícilmente negable. Es el conocido deseo de reconocimiento hegeliano, que rescata Kòjeve y que es recogido también en "The End of History and the Last Man" de Fukuyama, libro que nadie se ha leído y todo el mundo critica. El deseo de reconocimiento es sin duda un concepto interesante para analizar diferentes sistemas sociales; como ventajas tiene que es un punto de partida con el cual una mayoría de personas podría estar de acuerdo sin tener en cuenta su ideología, y es por tanto capaz de conseguir un overlapping consensus. Además, hace referencia a la dimensión política del hombre, y es un elemento fundamental para la reafirmación personal, la autoestima, la ambición y los otros mares que quedan tan lejos y que con voluntad se pueden alcanzar.