escalera: noviembre 2004

jueves, noviembre 04, 2004

Castigados

A George W. Bush, quien con sus ocho años de mandato va a traer al mundo tanto arte que sólo se empezará a percibir cuando el sol cabriole a causa de su forma.

Érase una vez la niña con las mejillas sonrosadas y yo. Íbamos a clase juntos. Creo que éramos novios. Nos veíamos mucho. Nos dábamos besos. Dicen que ella se escondía detrás del arbusto y yo no la encontraba. Entonces me enfadaba. Dicen también que en el patio se nos veía caminar de la mano y que yo clavaba mi mirada en el vuelo de los buitres. Entonces ella se cabreaba.

Un día, la profesora hizo algo que nadie había hecho: salir al patio. Y nos vio y nos castigó por darnos besos. Nos metió en clase durante diez minutos para que pensáramos.

Cuando volvimos al patio, miré al sol y era cuadrado. (Los japoneses simplifican el sol y lo representan de forma cuadrada.) Tenía el sol una cuerda de cometa. Entonces comprendí la mentira: todo era un dibujo. Le di un beso en la mejilla a la niña con las mejillas sonrosadas. Ella se escondió detrás del arbusto; yo llamé al buitre, me subí a su lomo y los dos volamos en sentido al cuadrado amarillo.